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sábado, 21 de abril de 2012

Odio al enlace covalente


En el último tercio de su vida, Laszlo Jamf fue presa de una creciente hostilidad, de un extraño odio personal hacia el enlace covalente. Pues estaba convencido de que, para que los productos sintéticos tuvieran algún futuro, ese enlace tenía que mejorarse necesariamente. Algunos estudiantes entendían incluso ''trascendido''. El hecho de que la esencia de la vida, de su vida, dependiera, de algo tan inestable, tan débil como la compartición de unos electrones por los átomos de carbono, constituía para Jamf una humillación cósmica. ¿Compartición? ¡Con la mayor fuerza, la mayor duración, podría decirse eterna, que tenía el lazo iónico! ¡Ese lazo donde los electrones no son compartidos, sino capturados! ¡Agarrados y firmemente sostenidos! Esos átomos tienen polarización positiva o negativa, sin ambigüedades... ¡De qué modo llegó a amar esa claridad meridiana, sin ambages, llena de esa obstinación mineral! Tenéis dos opciones, o quedaros rezagados con el carbono y el hidrógeno, e ir todas las mañanas a la fábrica con la fiambrera como ovejas de un rebaño anónimo, impacientes por entrar y dejar fuera la luz del sol..., o ir más allá, Silicio, Boro, Fósforo:éstos pueden enlazarse con el Nitrógeno en vez de hacerlo con el hidrógeno, ir más allá de la vida, hacia lo inórganico. En esta zona no hay fragilidad ni mortalidad...sólo existe la Fuerza, lo Eterno.

miércoles, 11 de abril de 2012

Dámele saludos a la perra de tu madre



Dámele saludos a la perra de tu madre
Dile que he regresado
Que soy el hombre que mató a Liberty Valance.
Dile que lo siento por ella
Pero que no existe la magia ni la fantasía en el mundo
Que la luna es sólo un trozo de piedra inerte
Y que los sueños románticos se desvanecen como fuegos fatuos.

Dámele saludos a la perra de tu madre
Dile que he regresado
Que he regresado sin haber partido
Que he venido a recuperar el tiempo perdido
Los cheques rebotados, los coños esquivos
Dile que ya he olvidado sus gélidos labios asesinos.

Dámele saludos a la perra de tu madre
Dile que…

lunes, 2 de abril de 2012

Pequeños diálogos!!

I

-        -  ¿Vos tenés convicciones políticas?
-         - No
-       -   Bueno, hacia algún lado debes tender.
-        -  No. La verdad, no. Estoy en el centro. Soy un tipo moderado. No me gustan las ideologías.
-        -  Ummm, ya.
-        -  ¿Qué?
-        -  ¿Hacia qué lado se te para la polla?
-       -   
-        -  Vamos, viejo.
-        -  Hacia arriba.
-         - Ése es mi punto. No existe tal cosa como lo apolítico. Es como esa mierda del ‘‘centro’’, eso es pura propaganda.
-         -  En ese caso, diría que soy de derechas. Honor, fe, progreso, libre mercado, las cosas de toda la vida. ¿Y vos?
-         - Yo creo que hay que tener conciencia de clase. Pienso que nos explicamos más fácilmente por nuestra sociología que por nuestra sicología o que, por lo menos, nuestra sicología personal depende mucho, como todo, de nuestro ambiente. Y cuando digo esto no me importa sonar como un resentido.
-         - No hay nada de malo en eso.
-        -   ¿En qué?
-        -  En estar resentido. Pero, decime, cuando hablamos de clase, ¿de cuál estamos hablando exactamente?
-        -  La de cada quien, obviamente.
-        - ¿Sí? Y yo que pensaba que todo el mundo es, básicamente, de la misma clase. Ya sabés: idiotas, imbéciles sin clase.
-         - (Risas) Sí. Quizá tengas razón.

 II
-          - ¿Por qué tomás todas esas pastillas? ¿Estás enfermo?
-          - Sí. Veo cosas…cosas que, al parecer, no están ahí.
-          - ¿Cómo qué?
-          - Adenoides gigantescos, un anciano con unas alas enormes, un enano con un tambor de hojalata, cronopios de colores, una ballena blanca, un hobbit. Anoche vi a Gokú.
-          - 
-          - También escucho voces.
-          - ¿Sí? ¿Qué te dicen?
-          - Nada especial. El otro día, por ejemplo, una de ellas me dio el pronóstico metereológico.
-          - Y, ¿acertó?
-          - No. Dijo que esta semana nevaría.
-          - Tal vez hablaba en sentido figurado.
-          - ¿Por qué lo dices?
-          - Porque yo traje unos gramitos de nieve.



III
-          ¿Sabía que las francesas consideran a Ingrid Betancourt una mujer ilustre?
-          ¿Ilustre?
-          No, ilustre no. No recuerdo ahora la palabra exacta pero era como si sintieran una exagerada empatía por ella, como si la admiraran.
-          Eso no habla muy bien de las francesas
-          ¿Sabés qué habla bien de las francesas?
-          No. ¿Qué?
-          Que lo hacen con los negros caribeños durante las vacaciones.
-          No veo cómo eso puede hablar bien de ellas, eso es simplemente complejo de culpa. En todo caso, nosotros no somos ni negros ni caribeños. Y ese comentario es racista.
-          ¿Racista? ¿Racista con quién? ¿Con los negros o con las francesas?