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miércoles, 23 de mayo de 2012

¡No coma cuento, coma mierda!




La reina irónicamente inquirió: ¿si no tienen pan, por qué no comen bollos?
Pues, sí, muy buen aporte Toña. Sin embargo, antes de comerlos, perfúmelos (sin importar lo que digan en Antioquia), esto facilitará su deglución. Y como, evidentemente, hay cosas más superfluas e inútiles que aromatizar un bollo, he aquí unos pequeños consejos:

1.       Es menester que la materia a tratar conserve su estado sólido o, en su defecto, plástico.
2.       Si la excreción, por alguna razón patológica, resulta líquida, está podrá conservarse en refrigeración para un uso futuro.
3.       Evite los laxantes.
4.       Absténgase de ingerir lácteos, carnes, cerveza o frijoles. La ingesta de este grupo de alimentos generará un hedor que no podrá ser redimido ni con la mejor de las fragancias de Carolina Herrera.
5.       Después de recolectar las masas compactas, sigue el proceso de selección.
6.       Las cacas grandes serán los platos familiares. Las pequeñas o caquitas, los individuales.
7.       Rocíele la esencia de su preferencia. Las típicas: vainilla, fresa o chocolate. Las higiénicas: lavanda, flores tropicales o aroma de bebé. Y las high class : Dior, Lacoste, Chanel, etc.
8.       Para finalizar, hártese.